15 de noviembre de 2007

El último año

La propaganda de una de las últimas tapas de la revista Noticias dice: “Osho Vs. Freud. La terapia del último año”. Aparentemente hay un nuevo anti-psicoanálisis que se inspira en la filosofía de Osho, y lo que hacen es sacudirte una pregunta que -como comprobé en carne propia- realmente sacude: “¿Qué harías si este fuera el último año de tu vida?”
Más allá de lo interesante que me resulta saber cómo y quienes hacen la pregunta, el contexto y demás, y obviando el ponerme a cuestionar si el método me parece bueno como análisis de uno mismo (y los resultados, claro), o si son o no incompatibles las filosofías de Freud y Osho, debo reconocer que a mi la preguntita me removió. La primer lectura fue un “ajá!... qué haría?...” por supuesto que mis primeras respuestas fueron totalmente terrenales, violaban seis de los siete pecados capitales y unos cuántos mandamientos; fueron respuestas completamente egoístas y vagas. Luego del primer sacudón, y ya con la mente un poco más abierta, antes de dormir volví a hacerme la pregunta estremecedora... “¿Qué harías, (Si, me hablo a mí misma en segunda persona... qué se le va a hacer, cosas de la edad) Natalita, si supieras que exactamente dentro de un año vas a morirte?”
Mentalmente hice una lista de cosas que intentaría cumplir: hacer (al menos un) salto bungee, tirarme en paracaídas, viajar en moto, irme de vacaciones con mis mejores amigos y amigas y agarrarme una memorable borrachera en medio de una fiesta que durara todo un fin de semana, arreglar los detalles de mi muerte: donación de órganos, donación de mis pertenencias, cremación y lo que quiero que hagan con mis cenizas, etc. ... y después hice la lista más real, la que probablemente lograría cumplir con más facilidad, la que se forma de cosas que me sentiría muy mal de dejar sin hacer: regalarle recuerdos felices a mi hijo, hacerle una carta-libro-diccionario que de algún modo me suplantara y le transmitiera mis valores, de manera que pudiera recurrir a él en caso de estar perdiendo la Fe en algún momento; comería mucho, me reiría mucho, muchísimo, nadaría, tomaría muchos mates con charla y pastafrola de dulce de leche con mis familiares, me revolcaría en el pasto con mi perra, dejaría un tesoro enterrado en el patio de mi casa para que mi hijo lo encuentre algún día.
En algún punto pensé en pedir perdón a la gente que hice mal... qué bueno darme cuenta de que no es tan larga la lista. Aún mejor fue darme cuenta de que no hay nadie a quien yo deba perdonar: no hay rencores con nadie ni con nada. ¿Decirle a la gente que amo que los amo? Lo hago siempre que puedo, más con gestos que con palabras. ¿Empezar a valorar las pequeñas cosas de todos los días? por lo general lo hago. ¿Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro? tareas cumplidas las tres (y de todos modos, no se de dónde viene esa... costumbre, podría decirse: excepto por la parte del hijo, las otras dos no fueron graaaan cosa...). ¿Enamorarme? Ya. Sé lo que se siente (y lo recomiendo, eh? uso y abuso siempre que se pueda).
Tal vez pueda parecer macabro, pero me dio mucha paz saber que puedo morirme tranquila. Más allá de que no quiera morirme, de que ame profundamente estar viva, de que tenga ocho mil millones de planes para mi vida y quiera seguir pululando por este planeta hasta los 90 años (por lo menos): no me da miedo morirme. Concluí en que disfruto y valoro mi vida; no la postergo para mañana. Ahorro, por si acaso, pero me compro ese par de sandalias que me hace sentir una diva. Me cuido, pero el fin de semana me clavo un asado con achuras, vino y ¼ Kg. de helado sin pensar en las calorías y el colesterol. Hago ejercicio, pero camino mirando las estrellas. Me protejo, pero hago muchísimas veces el amor; todas las que puedo. Envidio, pero no me enveneno. Discuto, pero con los ojos (y la cabeza) abiertos. Trabajo para vivir, no vivo para trabajar. Vivo, y vivo con la plena conciencia de estar viviendo; con absoluto conocimiento de que soy finita, de que la muerte me puede pescar en cualquier momento: en un año, en un mes, en 15 minutos, en dos décadas. Vivo, sabiendo que quienes me rodean también pueden dejar de estar en cualquier momento. Vivo sabiendo que más tarde o más temprano me voy a morir. Y la tranquilidad de saber que me voy a morir, haber logrado la aceptación de que es un hecho que no voy a poder cambiar, darme cuenta de que me estoy muriendo desde que nací y haber descubierto que mi vida no está del todo mal, fue como sacarme un bloque de concreto de mil kilos de la espalda.

La pregunta sirve, escarba hondo, invita a cuestionar, a reevaluar, a reconsiderar viejos rencores, viejos ideales, viejas costumbres, viejos miedos, cosas que se vienen arrastrando sin mirarlas con detenimiento. No sirve el miedo. No sirve que la pregunta haga tomar conciencia de que en cualquier momento uno puede espichar. Sirve tomar conciencia real de que somos... menos que nada, una cositita mínima en un universo infinito, en un planeta caprichoso y ciclotímico que cuando quiere se sacude un poco y nos deja fuera de combate, y que la vida continúa sin nosotros. Sirve mirarse desde afuera y preguntarse: “Si me muero hoy (o dentro de un año, o cuando sea): ¿Me voy a morir en paz? ¿Habré hecho con mi vida y con mi persona lo que quería hacer y ser? ¿Me enorgullece ser quien soy? ¿Me hago cargo de no enorgullecerme de quien soy y bancarmela?... ¿Viví?”
Aguantar, permanecer, perdurar, transitar, sobrevivir, estirar la vida comiendo yogures con fibras y con ingredientes de nombre raro no es lo mismo que vivir.
Esta noche, antes de dormirte, en vez de pensar en la cuenta del teléfono que aun no pagaste, en el aumento que aun no conseguiste, las palabras que ya dijiste, las cosas que ya pasaron y no tienen remedio, en el llamado que aun no recibiste... Te invito a pensar y a cuestionarte esta cuestión: ¿Qué harías si este fuera el último año de tu vida?



Nota: les deseo de corazón a todos aquellos que lo hagan, que tengan los mismos sueños delirantes que tuve yo: aun me acuerdo y me río. Mi mamá haciendo paracaidismo????

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay 2 posibilidades: una es hacer lo que me dicta la cabeza al pensarlo, o sea, pedir una licencia de 363 días en el laburo para aprovechar a full con mis queridos, hacer un blog con cuenta retroactiva (y cuando muera todos dirán "¡Guaaaau... cómo sabía?!" jajaja) ante el que me sentaría sólo media hora diaria. Dormiría poco total me voy a morir, y horas antes de la final limpiaría toda la casa bien y a mí mismo, para que la enfermera no me encuentre con los calzoncillos sucios y facilitar la labor del bañacuerpos de la Funeraria. No me intoxicaría, así mis órganos sirven realmente a otros. Y viajaría mucho.
Pero la segunda posibilidad es la irracional: llorar 364 días porque voy a morirme, y en ese último, al darme cuenta que desperdicié todo ese año, llorar por este motivo hasta morir...
;ºP

Gurisa dijo...

Qué buena pregunta, Taio!!!

Mirá, después de un pozo depresivo y 3 años de terapia, aprendí a tomarme la vida de otra manera. Y si hoy me hago la pregunta, es probable que muera más feliz que hace unos años atrás.

Besos!

Taio dijo...

Seleccionator: recomiendo la primer opción... la segunda te dejaría deshidratado (algo que de todas maneras te empezaría a pasar a partir del día 366, cuando todos los líquidos de tu cuerpo comenzaran a tomarse el palo) y sería bastante al cuete, no? como luchar contra lo inevitable... Muy buen detalle el de la limpieza corporal y calzoncillística, qué precavido y considerado. Debo admitir que yo también lo pensé, (digo, dejarme limpita y depilada a mí misma, no la parte de los calzoncillos), pero después me di cuenta de que una vez que esté muerta, como me van a cremar, va a ser bastante inútil la limpieza... de última, me encargaría de dejar unos sahumerios metidos en el cajón, cosa de desprender buen olorcito...


Guri: Nunca es tarde para morirse feliz (humorrrrr negro!!!). Qué bueno que hayas podido revertir tu situación, más allá del tiempo. Nunca es tarde tampoco para empezar a ser feliz... (mejor, no?)

Ta lueeego...

Graciela L Arguello dijo...

Taio, me encantó el post, y pensé que ni siquiera necesito un año, podría irme mañana. Siento que estoy en paz conmigo, y, parafraseando al tango "los pecados cometidos, creo habérmelos ganado". No desearía otra cosa que la seguridad de que mis hijos sólo recordarán lo mejor de mí, y olvidarán todos mis errores.
Besos

Taio dijo...

Grace: chan chan!
Qué bueno que te haya gustado... remueve conciencia la preguntita, eh??
Besote!!!!!

Graciela L Arguello dijo...

Vuelvo para dejarte un fuerte abrazo y un beso, porque si mis informantes están en lo cierto, estás a punto de cumplir años. Me adelanto en casi cuarenta minutos, porque quiero ser la primera en gritar a todo pulmón FELIZ CUMPLEAÑOS TAIO!!!!

(Si tengo mal la fecha, avisame, y ajusticiamos al pajarito que me lo contó)

Gurisa dijo...

FELIZ CUMPLE, TAIO!!!!!

Besos de tu fan Nº 2!!!

Taio dijo...

Grace: estás en lo cierto Chaparrón... muchas gracias!!!! Oficialmente, fuiste la primera en saludarme. Buenas fuentes las tuyas, guardá la gomera y segui confiando nomás.

Guri: CHAS GRACIAAAASSS!!! Pasá dentro de un rato que te firmo un autógrafo, te firmo!
Besos a las dos, gracias miles!!!

ADALBERTO dijo...

taio: pasé un poco tarde por tu blog, pero esa pregunta me la hice varias veces en momentos jodidos de la vida, y tuve respuestas distintas según lo que me estba pasando. Pero hoy le dejaría una carta a cada uno de mis seres queridos para que me recuerden cuando lo necesiten; estaría el mayor tiempo posible con la madre de mis hijos; no le diría nadie lo que me va a pasar y, el último día, dejaría mi cuerpo limpio y vestido con ropa roja que es mi color preferido, dejando escrito que deben cremarme con ella.
Un fuerte abrazo. Adalberto.

Unknown dijo...

Feliz Navidad nena!
Fue un gusto conocerte este año.

So dijo...

Taio ando perdida, lo sé.. ando por el espacio, por la calle, por las compras navideñas (ah, no.. eso ya pasó! jaja). Ando perdida pero siempre vuelvo!.

No llegué a leer el post pero no quería dejar de saludarte, de desearte un gran fin de año y un excelente 2008.

Brindo por esta nueva experiencia de los blogs y que se extienda en el próximo año. Besos

Sophie

GABRIEL KALENBERG dijo...

VOLVI! Y no soy millones, sino de palabras de disculpas a las personas que en su oportunidad se tomaron los minutos/segundos necesarios para escribirme un comentario... hace meses y meses!!

Estaba borrado por falta de tiempo y de servicio de banda ancha. Ja!.

Ya puse un texto nuevo en el blog. Como todos los adictos, vuelvo a prometerme que ya no voy a hacerlo nuevamente, que no voy a abandonar mi blog y seguire escribiendo para la gente que -como vos- disfruta las giladas (�?) que escribo.

Al fin y al cabo, lo escribo por y para ustedes, damas.

Te espero por ahi. �Me contas que te parece el nuevo texto?

Besos muchos.

Gurisa dijo...

Che, Taio, para cuándo retorno triunfal al blogueo?? eh?? eh?? Hay fans que quieren más de tus posts delirantes y cuestionadores!!!

Besos!

P dijo...

Estamos jugando al ajedrez.

Yo muevo tus piezas y vos movés las mías.

Entonces, ¿por qué son "tuyas" tus piezas y "mías" las mías?

Estamos viviendo.

Graciela L Arguello dijo...

Taio, llevo más de un año merodeando a la espera de tu regreso, qué pena que no se produce nunca Un beso graciela

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

Me gusto este blog, muchisimo, te admiro, te animaste a plasmar lo que pensas y eso es algo que yo hasta ahora no he podido hacer. Lo que es mas¡¡ te ANIMASTE A PENSAR Y QUE LOS DEMAS LO SEPAN...te sigo, Luz.